Un momento complicado vive la industria de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC), aunque más específicamente la solar.
La alta oferta, unida a la caída en la demanda eléctrica, la dificultad para transmitir energía principalmente en el norte del Sistema Interconectado Central (SIC) que marca en varias zonas horarias costos marginales iguales a cero, y el racionamiento en la capacidad de producción de las plantas tienen a la mayoría de las empresas renovables que operan en esta zona con problemas en los flujos de caja, afirman altas fuentes.
De hecho, advierten que los bancos deberían restringir los créditos a nuevos proyectos, ya que con esta situación difícilmente las compañías alcanzan a pagar las cuotas de los préstamos. Si bien los bancos han dejado de financiar aquellas plantas que venden a precio spot y han optado por aquellos que venden su energía por medio de contratos, en el sector advierten que estos también están expuestos a racionamiento. "Esta condición tiene el potencial de arrastrar a toda la industria a estrés financiero", dicen.
De hecho, Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), explica que en algunas zonas existen restricciones que afectan a los generadores de ERNC. "El origen de estas restricciones viene principalmente de las limitaciones del actual sistema de transmisión y de la inflexibilidad operacional de las centrales convencionales de la zona".
Pese a todo, ningún proyecto ERNC se ha cancelado.
Pablo Lecaros, subgerente de mercados eléctricos y regulación de Systep, dice que estas complejidades explican por qué las empresas están optando por instalar sus plantas en lugares ubicados cerca de los centros de consumo.
El rol de la minería
La baja demanda eléctrica se refleja principalmente a nivel de clientes industriales (conocidos como libres), y en esto se ve una caída importante del sector minero, que incluso algunos califican de "estrepitosa".
Los pronósticos para la reactivación de este sector no son muy auspiciosos. Los analistas rebajan cada vez más los precios del cobre, que este año registran bajas de más del 20%, y que el próximo año profundizaría su caída. Lo anterior mantiene a la industria prácticamente paralizada en términos de inversiones y reduciendo todo tipo de costos, y la electricidad no es una excepción.