"La compañía está evaluando en las instancias corporativas pertinentes la conveniencia y la posibilidad de continuar en el proceso", reconoció Thomas Keller, gerente general de Colbún, en respuesta a un oficio enviado por la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) respecto de la eventual compra de Isagen, generadora colombiana que controla el Estado con un 57,6%.
Lo anterior se relaciona con el aumento del precio mínimo de venta de 21,5% que anunció la autoridad de este país la semana pasada, advirtió Keller. Cercanos comentaron que también tendría cierto peso el hecho de que el proceso cuenta con fuertes oposiciones de una serie de políticos que consideran a Isagen como un activo estratégico, entre ellos el propio ex presidente Álvaro Uribe.
Colbún participa en el proceso junto a Engie (ex GDF Suez) y el fondo Brookfield Asset Management. Todos tienen hasta el 13 de enero para presentar las ofertas económicas. Cabe recordar que durante el primer semestre el proceso de venta avanzó a paso ligero y tenía por objetivo financiar la construcción de obras de infraestructura vial, pero en mayo el tribunal colombiano dictó una medida cautelar para evitar daños al interés público, lo que impidió la venta y con ello suspendió el proceso de enajenación. Este año fue la primera vez que se interrumpió la venta de Isagen por presiones políticas.
Colbún, de todas formas, ha advertido que su paciencia es limitada y también que miran otros activos en Colombia. A su vez, evalúan adquirir otros negocios en Perú, donde acaban de entrar con la compra de Fénix Power.
(El Mercurio)