La generación hidroeléctrica no muestra variaciones importantes entre septiembre de este año y el del año pasado. Pero sí se observa una tendencia: mientras el año pasado la cantidad de energía producida con agua iba a la baja a medida que se acercaba el verano, este año el fenómeno será al revés.
Francisco Aguirre Leo, director ejecutivo de Electroconsultores, explica que el aporte hidroeléctrico no ha crecido de forma importante este año respecto al ejercicio anterior. Eso sí, señala que "la hidroelectricidad debería ir subiendo en los próximos meses, y este año tendremos más generación hidráulica en los meses de enero y febrero". Lo anterior se explicará por deshielos más largos y duraderos, por la abundancia de agua, y también porque en los próximos meses el nivel de agua en los embalses va a mantener o aumentar sus cotas que aún están bajas. "Entonces se puede gastar (esa capacidad) ahorrando termoelectricidad en febrero-marzo-abril, esperando las nuevas lluvias", comenta.
El ejecutivo asegura que entre mayo y septiembre de 2015 la generación hidráulica aumentó de 30 a 54%, y por tanto ha desplazado de forma importante la generación con Gas Natural Licuado (GNL) y petróleo. De hecho, entre mayo y septiembre, la participación del carbón se mantuvo en 28% como promedio, pero la de GNL pasó de representar un 23 a un 9% el mes pasado, y el diésel pasó de 16 a 5% en ese periodo.
Demanda a la baja
Pese a los buenos augurios respecto de la mayor generación hidroeléctrica y, por ende, los menores precios del sistema eléctrico en su totalidad (ver recuadro), Aguirre Leo recalca que la demanda eléctrica va a la baja.
Este indicador está directamente relacionado con el crecimiento económico. Según la información de Electroconsultores (ver infografía), la demanda mostraba un alza constante entre 1993 y mediados de 2006, donde se observó un notable estancamiento, e incluso incrementos negativos desde ese año hasta mediados de 2009, en el primer periodo de la Presidenta Michelle Bachelet. Pero en 2010 se advirtió una fuerte recuperación, pese a los efectos del terremoto en la zona central, al que le siguió una visible recuperación de la actividad económica, señala el documento.
Ese crecimiento presentó una desaceleración y tendencia sistemática a la baja a partir de mayo de 2011, donde se registró un máximo de 8%, llegando a niveles de 4% a finales de 2013, para nuevamente presentar bajas sistemáticas a partir de 2014, llegando a cifras en torno al 3%. En 2015 también se muestran bajas en la demanda, y las proyecciones no prometen buenos pronósticos.
(Economía y Negocios, El Mercurio)